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"La Revolución imaginada" de Alfredo Vilchis |
Presentación de la expo por Conrado Tostado y Daniel Goldin |
Exvotos |
Texto de Zenia Yébenes |
Fotos del evento |
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LA REVOLUCIÓN IMAGINADA
Presentación de la exposición por Conrado Tostado y Daniel Goldin*
La Revolución mexicana es un tema clásico de nuestra cultura, que ha sido contado en muchas ocasiones y de distintas maneras. Cada relato ha puesto al descubierto nuevos aspectos, le ha dado sentido a episodios que no lo tenÃan y olvidado otros que antes parecÃan importantes...
Hacia el año 2002, Alfredo Vilchis emprendió su relato de la Revolución que hoy presentamos. En principio, sin el propósito de abarcarla por entero, como quien va descubriendo poco a poco un filón que lo llevarÃa muy lejos...
Hombre de pueblo por extracción y por decisión, Vilchis recupera con naturalidad la forma de hablar (pues recordemos que el exvoto es un género mixto en el que vale tanto la palabra como la imagen), sentir e interpretar de hombres que habitualmente habÃan sido vistos como partes de la "bola". Por su oficio de pintor de exvotos, ha escuchado muchas veces a personas que vivieron acontecimientos milagrosos. Por su capacidad artÃstica sabe imaginar. Imaginar para él es identificarse y desde la identificación compadecer.
Asà recreó experiencias de la Revolución desde el punto de vista de personajes que permanecÃan en silencio, quizá opacados por los héroes conocidos, por las voces altisonantes y los discursos ideológicos. No lo hizo desde el conocimiento, pretendidamente objetivo, que puede dar la distancia temporal. A pesar de que los acontecimientos que describe transcurrieron hace casi un siglo y de que Vilchis supo de ellos a través de libros, los retrató con urgencia testimonial. Y es que Vilchis se desdobló en su proceso creativo, jugando con su propia identidad...
Vilchis no describe episodios sino instantes, fragmentos. No refiere capÃtulos de una épica, sino emociones, tribulaciones, gestos tan conmovedores que loran alejar la épica a un segundo plano para permitirnos escuchar los sentimientos, las voces de esos personajes, anónimos y ficticios...
De modo que Vilchis narra la Revolución de una manera indirecta, fragmentaria, Ãntima, lúdica, con voces menores y anónimas por más que den sus nombres, a la luz de la fe y en pequeños formatos. En apariencia, no hay nada extraordinario en esto, pero en realidad se trata de una visión novedosa en la que se concilian aspectos de México habitualmente considerados como opuestos: el liberalismo y la religión, la lucha social y la fe católica, el orgullo nacional y la fragilidad Ãntima, la gesta histórica y el hecho sobrenatural, por citar algunos. Lo hace sin aspavientos, sin responder a una consigna, simplemente porque todos son ciertos desde su propia perspectiva, que es la de muchos otros. Pero este viraje en la representación de la Revolución es también una revolución en un género artÃstico peculiar, el exvoto...
Dentro de la tradición, los exvotos son obras donde lo humano y lo divino se reconcilian, en un acto de gratitud. Y quizá sea esta palabra, reconciliación, la que mejor defina uno de los aspectos centrales del arte de Alfredo Vilchis: el liberalismo y la fe católica se reconcilian de un modo natural en su mirada sobre la Revolución mexicana; de la misma forma que en su lenguaje pictórico, lo culto y lo popular, lo actual y lo antiguo, lo trágico y lo cómico, la ironÃa y la compasión, lo sagrado y lo profano, lo Ãntimo y lo social encuentran su punto de equilibrio, su armonÃa.
Tal vez su obra sea un acto de reconciliación de la sociedad mexicana consigo misma, en un espÃritu de juego y desde el conocimiento de que no hay mayor autenticidad que cuando, al afirmar la propia vulnerabilidad, uno se reconoce en el prójimo.
* Texto extraÃdo del prólogo del libro: "La Revolución Imaginada", Ediciones Serres, 2005.
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